((((@)))) El ojO del Camaleón.

Los papeles se pierden, el disco duro corre el riesgo de infectarse con algún virus. Algo peor y bueno a la vez, las ideas se reproducen en la mente como roedores. Y -sin importar lo interesantes que pueden ser- son reemplazadas por otras y relegadas al olvido en cuestión de segundos. Antes de que todo esto pueda acontecer, emplearé este blog.

miércoles, agosto 17, 2005

LA VIDA SOBRE TOTORA

(borrador... no hay mucho tiempo en una cabina pública)

"Los caballos de totora salen a las once de la mañana", eso dijo mi tío y no le creímos. Desde el segundo piso de aquel restaurante con vista al mar, desde ahí los estábamos contando. Llegamos a doce.L Eran las milenarias embarcaciones, pequeñas, unipersonales, perfectas. En ellas, un pequeño espacio para el pescador arrodillado y otro, delante de las rodillas dobladas, que no se ve a primera vista, para lo pescado.

¿Será milenaria también esa alegría de los habitantes de la playa Santa Rosa en Lambayeque? ¿Y su comprensión con el mar tan semejante a la que hay entre dos mejores amigos? En sus caras no había resignación por la poca pesca de hoy. Cinco horas y escasos y pequeños pescados que, ahogándose, dejaban de ser peces. No había tristeza en sus semblantes. "Tómame una foto con mi balsa", gritaba uno e incluso jugó bromas con el tamaño de mi primo: "Este es más grande que mi balsa". Y todos reímos juntos. No tenían resentimiento con la vida esta mañana. La comprendían desde siempre y sabían que si hoy su amanecida y esfuerzo por remar su compañero de totora no fueron recompensados, pronto sí lo será. Es que no hay que rabiar, todos tenemos malos días, incluso el mar. Pero ellos son la excepción porque para los amigos de Santa Rosa no hay malas horas.

Chiclayo.

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lunes, agosto 15, 2005

LOS VIERNES TENDRÁN CINCO PREGUNTAN MENOS

POR RAZONES NO PÚBLICAS, EL BLOG LAS CINCO DEL VIERNES NO SEGUIRÁ SIENDO ACTUALIZADO. UNA LÁSTIMA.

VESTIGIOS DE UN ESTILO DE VIDA DEJADO

(VALIÉNDOME DE GARABATOS EN LIBRETAS HECHOS ENTRE VIVENCIAS DE INMIGRANTE EN NUEVA YORK)

Aún recuerdo mi primer día en aquel trabajo. Mi primera noche de trabajo. Mi primera madrugada de trabajo. Todo un reto para mi nula experiencia en labores con exigencia física y más aún para las imprescindibles ocho horas mínimas de sueño, tiempo que siempre se cumplía de noche, salvo algunos días en que el orden se alteraba porque cumplir con los placeres así lo exigía.

Así es que a las cinco de la mañana de una fresca madrugada, mientras el Times Square recién despertaba de su resaca por los avatares del día anterior, el sueño me venció. Fue en la silla del patio trasero de un restaurante en el downtown de Brooklyn, una de las cinco grandes zonas en que han dividido a la que llaman "capital del mundo". Las posaderas en una silla metálica de diseñador y la cabeza apoyada en la mano derecha, la que a su vez se resistía al final del palo de recogedor. Era mi primera noche de limpiador de restaurant y mandaba al carajo lo que quedaba por hacer, todo para recaudar algunos minutos a mi nulo tiempo de sueño nocturno. Fue fácil: cierra de ojos y en el acto perdí la conciencia. Hasta que mi compañero de trabajo, otro peruano con ya cuatro años en la NYC, llegó riendo y diciendo que así eran los primeros días. En mi caso fue así las primeras semanas y el sueño se distribuyó en aletargamiento distribuido en tres horas, las finales, durante el siguiente mes. La complicidad de este compañero contribuyó a mantenerme en el trabajo a pesar de una inicial torpeza aguda en el arte de mantener un restaurante limpio, incluso un aumento de sueldo.

Ya en los días libres, ciertos efectos en mi cambio de orden diario se asomaban. Despertar cada dos horas cuando dormía de noche y poder estar despierto toda la madrugada. Una vez anduve recorriendo todos los trenes de la ciudad y otra (durante toda la noche del 4 de julio, Independenca Day, luego de ver los fuegos artificiales al sur de Manhattan) me subí al ferry que conectaba Manhattan y Staten Island, en el que hice varias idas y vueltas hasta las siete de la mañana, hora en que bajé y recorrí Wall Street para ser testigo de la estampida de yuppies que iniciaban su rutina para hacer más dinero que en cualquier otra parte del mundo.

Esta larga anécdota fue de cuatro meses y se vio interrumpida con mi regreso a Lima, hace algo de tres semanas. Me ha dejado la costumbre de hacer algun ejercicio físico diario, algo que reemplace el cargar, mover, limpiar, barrer, trapear (¿mopear?, spanglish), lavar, etc. Una estrategia para no dormir era escuchar La Mega ("se pega", la radio hispana más exitosa de New York) y me ha dejado un conocimiento vasto de todas las letras de canciones de bachatas, merengues, reggaetones y salsas de antología posibles; y ello a su vez ha crecido mi interés por el fenómeno social más grande que está sucediendo en ese país desde las vastas migraciones que venían de Europa: la migración latina. El consumo inicial de tres o cuatro latas de Redbull me han inmunizado al café y a todo aquello con sustancias estimulantes. Todo esto, además de creer más en aquello de que siempre se aprende algo nuevo (en este caso a ser perseverante, entre otras cosas), me ha convertido en un insomne que trata de aplacar su mal, sin suerte. Un individuo cuya nocturnidad es ahora su obligatorio cuartel de batallas, las que empiezan junto con el asomo del sol; alguien que escribe estas líneas minutos después de las cuatro de la mañana, sin un ápice de sueño asomándose a sus ojos, ni de suerte.

Foto:Noche en un Tunel del Central Park (HrbrtHlgn).
Thanks to: People from Dumont Restaurant.

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lunes, agosto 08, 2005

DE NY A LIMA, EN TRANSICIÓN

Textos sobre los último días en los Estados Unidos, los hubiera disfrutado escribir. Sobre el viaje intempestivo a Florida, recorriendo y conociendo casi toda la costa del Pacífico en un carro espectacular´y sobre la metamorfósis geográfica que acontece mientras más se acerca uno al Estado de las naranjas, el regreso a New York, etc. En fin, tantas cosas que ya no tienen gracia contarlas si ya pasaron varios días.

Sí, ya llevo dos semanas aquí y solo me limito a decir esto. Feliz por ver familias y amigos. Triste porque todo el caos (por poner un nombre a lo que se ve todos los días en Lima) sigue igual. Hubiera sido un reto meses atrás. Ahora solo es un conjunto de razones suficientes para largarme. Y en esas ando por estos días, haciendo planes entre esas dos fuerzas. Pero luego recuerdo la frase que oí en una película. "Si quieres hacer reir a Diso, cuentale tus planes". Y aunque no sé a cual "Dios" se refiere, creo que tiene razón. Y ahí dejo ese tipo de proyecciones.

Este blog tenía una razón definida y ahora ya no la tiene. Posiblemente vuelva a la que le dio origen. Siempre tratando de no ser protagonista de nada, aunque al final creo que sí lo soy (por eso es que este tipo de posts es de los que más odio).Por ahora, me iré de Lima en unos días, a Chiclayo y Piura, y estaré esperando el inico de clases el 22 de agosto. Un ciclo más y seré un bachiller en Comunicaciones con mención en Periodismo. Me vendo: Recibo ofertas de prácticas, por ahora solo he recibido el ofrecimiento de volver a dictar en una academia.