((((@)))) El ojO del Camaleón.

Los papeles se pierden, el disco duro corre el riesgo de infectarse con algún virus. Algo peor y bueno a la vez, las ideas se reproducen en la mente como roedores. Y -sin importar lo interesantes que pueden ser- son reemplazadas por otras y relegadas al olvido en cuestión de segundos. Antes de que todo esto pueda acontecer, emplearé este blog.

miércoles, noviembre 09, 2005

PRIMER DOMINGO

Meses atrás tuve un gran dilema: volver a mi país o quedarme de ilegal en uno ajeno.
Aunque la respuesta pueda ser obvia, la vida sin documentos en el país de marras puede ser mejor y a veces, si la luchas, muchos casos de éxito lo confirman, a uno le puede ir mejor que en las tierras que se dejó. No mejor, acaso distinto. Es que aquel país sigue haciendo el de las oportunidades, con defectos, virtudes, gobernantes estúpidos, oportunistas, etc. Pero, como en todos lados, nada es gratis, aunque, como en pocos que conozco, se aprecia y valora el esfuerzo. A estas alturas, ya se podrá ver que no comulgo con la idea de que ser patriota es quedarte en tu país, vivir con las justas, pensando cómo hacer para que el dinero llegue a fin de mes, siendo un ilusionista multiplicando monedas como conejos y billetes como cartas. No, yo paso.

Pero recién minutos antes de subir al avión, cuando ya la manga estaba conectada a la puerta de la bestia voladora, decidí abordarlo, pedir un whisky, dos, tres, dormir. Y despertar con la voz de la vieja aeromoza diciendo que ya estábamos llegando a Lima, Perú. Y dejé de ver rascacielos hasta nuevo aviso, entre otras cosas.

Tratamiento de reinserción a esta sociedad convulsionante, violenta y anémica: Mantenerse ocupado todo el día. Me lo dictó el sentido común y lo seguí como pude. Dos trabajos de medio tiempo. Horas de clases particulares (me he hecho profesor a la fuerza) y tres cursos en la universidad. Y los fines de semana, escapadas furtivas y algo de alcohol para apagar la máquina y dormir profundamente.

OPORTUNIDAD
Pero un día, al cuarto mes, se dio. Prácticas en un diario conocido. Nada mal para empezar y recuperar el camino profesional que cambié -decisión propia- por el de aprendiz de ciudadano de mundo, según yo.

Presentación de CV, pruebas diversas. Espera de llamada. Entrevista personal. Empiezas el lunes. Eror, era la penúltima llamada. La última: mejor el martes.

Y así, hace ocho días soy redactor practicante de la sección Política. Tiempo atrás aprendí que siempre se aprende algo nuevo y fue fácil dejar de lado los anticuerpos que tenía a cubrir temas políticos. El domingo que pasó, el primero en una redacción y uno que nunca olvidaré, me lleve donde me lleve la vida.

EL DOMINGO
Al cruzar la entrada al diario, sueño y resaca mutaron en entusiasmo y ganas por empezar a trabajar. Cuadro de comisiones: lo más importante era seguir cómo iba la salud de Anatolio Toledo, papá de Alejandro, y dar luces sobre los sistemas de voto electrónico que se están probando en el Perú. Nada nuevo. "Todos los domingos son muy tranquilos, es bien raro que haya uno estresante", me dijeron luego de haber soltado un comentario al respecto.
"Me iré temprano hoy", pensé. Mal, muy mal, no pienses.
GRACIAS, FUJIMORI
Y un día el ladrón, asesino, prófugo y estafador decidió volver. Y vino el domingo que pasó e hizo que mis notas no se publiquen. Y que se reuna todo el grupo de política con el director. Y a llamar a los diarios chilenos, revisar cables, las webs. Y tener todos los televisores prendidos, llamar a los políticos, analistas. Líneas ocupadas, hacer fila para llamar. El director pidiendo prisa, apúrense. Luchando contra el tiempo, dando vuelta a las notas que en la Tv estaban pasando. Sí, el trabajo en equipo y la premura rendían sus frutos, Estábamos a la hora. Se criticaba aChile por haber dejado que Fujimori ya esté en un hotel de Santiago, el más lujoso. Le debe haber afectado, pues, según sus seguidores, su vida era tan austera como la de un monje y solo comía enlatados. Políticos salían presionando a Chile una y otra vez. Y a la 1 am... a cambiar todo.
Fujimori había sido detenido y Chile callaba la boca de una cachetada a todos los que iban a emplear este tema para alimentar nacionalimos baratos y ganar votos para las próximas elecciones. No hizo gran cosa, solo lo que tenía que hacer. ¡A cambiar todo! A hacer el diario de nuevo, casi por completo. Gritos del director, un carajo por ahí, las manos arriba pidiendo más rapidez, ¡más, es para hoy! Y yo haciendo de todo ahí. Era una clase en vivo y en directo de cómo funciona un diario. Ni la mejor cátedra de una universidad puede enseñar eso. Lección principal aprendida: en un diario, como en la vida, nunca sabes qué puede pasar; y, como en la vida, debes estar preparado para todo.
Salimos a las 3am. Me imagino que un cirujano luego de una exitosa operación al corazón debe sentirse como yo ese día. Satisfecho, feliz con uno mismo, con la pasión en el cuerpo hasta el día siguiente. En mi caso, cuatro días después, la pasión sigue y no me sorprende que no se vaya. Es que, la verdad, el periodismo ha sido mi pasión siempre, para qué engañarme.