((((@)))) El ojO del Camaleón.

Los papeles se pierden, el disco duro corre el riesgo de infectarse con algún virus. Algo peor y bueno a la vez, las ideas se reproducen en la mente como roedores. Y -sin importar lo interesantes que pueden ser- son reemplazadas por otras y relegadas al olvido en cuestión de segundos. Antes de que todo esto pueda acontecer, emplearé este blog.

viernes, marzo 17, 2006

Una de la 48

(48 es una linea de bus en Lima)

Fue de mañana. Yo aún iba al colegio. Sentado, en un asiento del bus. Era una mañana húmeda, típica del invierno limeño. En alguna cuadra de la avenida La Marina. Los que la conocen, sabrán también del caos vehicular que ahí se genera, sobre todo a esas horas.

Ella sube. Está como asustada, insegura. Además de eso, su forma de vestir delata que es inmigrante. Y las líneas de sus ojos rasgados, que es china, de Cantón. Debe haber llegado días o pocas semanas atrás. Aseguro que fue atraída por las noticias que llegaban sobre algún tío suyo y el éxito que su restaurante tenía en Pilú.

Lleva una bolsa plástica doblada en tres o cuatro. Se para a la altura de donde estoy sentado.

Mira por la ventana. Se asusta cada vez más. Los gestos, siempre los gestos. Abre los ojos todo lo que puede. El bus se ha detenido en una luz roja y a su costado los autos van deteniéndose. Ella aprieta la bolsa más que nunca. Un auto se acerca al otro que ya se paró adelante (por la luz roja). Continúa acercándose. Parece que no se va a detener. Ella se desespera. No puede más y grita. Suelta un chillido que elimina la modorra a todos los pasajeros, estridente. “China de mierda”, se escucha.

Mira alrededor, se sonroja y baja la mirada. Se arregla el pelo con la mano mientras construye inocencia con todas las partes de su rostro. Descubrió que quizás nunca más verá carros que respeten una distancia prudencial al momento de esperar la luz verde. Cuando llegue a casa le preguntará a su tío qué significa mielda.

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1 Comments:

Blogger Angel Castillo Fernández said...

Sí pues hombre... mira cómo son las cosas ahora miras tú a los inmigrantes cuando hace algunos meses tú eras el extranjero. Muy buena historia, como todas las que cuentas. Un abrazo.

sáb mar. 18, 09:42:00 p. m.  

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